La Rompe-pelotas

12 del mediodía, desinteresada y aburrida de la represión social, la muerte de Sandro y los recuerdos de sus "nenas" y fastidiada de los informes Hi-tech de los noticiosos, acordé desistír de ellos por unos días allá, en Mar del plata, sí. 12 del meridiano, poniendo en juego mi dermis con un bloqueador solar y apostando mi entusiasmo en una pelota de volley, al tercer saque esta decide convencerme de que soy un asco y atraviesa el paredón, acto seguido la boluda va en busca de la esfera fugitiva.

Boluda: (Tocando el timbre sin aparente señal de vida).
Vecina: (Luego de meditar, se atreve a abrir la puerta).
Boluda: Hola, sí..
Vecina: (Interrumpe) ah si.. la pelota no?
Boluda: Ajam, claro.
Vecina: Mirá cayó la pelota y mi perro la rompió.
Boluda: Bah! tan rápido?
Vecina: Bueno perdona (portazo).

Si alguien en ese momento se sentía la fracción de imbécil de como me percataba yo, estaría en graves problemas. Por un lado creí que podría ser cierto, no tenía un Rottweiler o un Dogo, pero era un ejemplar mas o menos respetable, no era un Caniche toy.
Por otra parte pensé que si eso fuera mentira aquel ente rodeado por doquier de criaturas chillonas era más miserable y rata que Raúl Urquiza, que era una mentira boluda esperando oirse por un receptor del mismo orígen, y que de haberme dado la oportunidad, le hubiera asignado el papel de la rompe-pelotas oficial, pero ya fue.
Si quiere romper las pelotas, que vaya a rompérselas a otros.